Nerviosismo, el corazón se acelera, tensión muscular, sudoración, la impresión de un peligro inminente, cansancio o dificultad para dormir. Estos son algunos de los síntomas de la ansiedad. Si te suenan y persisten en el tiempo, si dificultan tu día a día, es posible que la estés padeciendo.
¿Qué es la ansiedad?
La aparición de la ansiedad requiere de al menos dos cosas: una amenaza (presente, pasada o futura) y que esa amenaza se mantenga en el tiempo. Esta amenaza puede ser debida a algo que nos ha sucedido, nos está sucediendo o tememos que nos suceda, y se basa en miedos a las consecuencias catastróficas que creemos que pudieran desencadenarse si se vuelve a dar o si llega a hacerse realidad.
Parte de los síntomas de la ansiedad son los que se producen ante una amenaza
Estás en la Sabana dando un paseo -lo normal- y ante ti un majestuoso león aparece. ¿Qué cambios experimentará tu cuerpo? la respiración será más fuerte, el corazón latirá más rápido, los músculos se tensarán. El sistema nervioso central, el sistema suprarrenal y el sistema circulatorio y respiratorio se pondrán en marcha para huir rápidamente o enfrentarse al animal.
¿Qué pasa cuando la amenaza no es tan evidente como un león, cuando no puedo ni huir ni enfrentarme?
En nuestro día a día es difícil que nos enfrentemos a un león, sin embargo, muchos experimentamos los síntomas que se desencadenan ante una amenaza, ya que nuestro cuerpo está preparado para activarse cuando se siente amenazado.
Esta amenaza puede tratarse del miedo de que una situación se repita o se dé, aunque el miedo nada tenga que ver con la pérdida de la vida o la supervivencia. Otras veces es difícil identificar la amenaza; puede ser un jefe que te trata mal, unas condiciones laborales injustas, una pareja que te agrede, una experiencia traumática del pasado que revives en el presente…
Y si no podemos identificar a nuestro león, difícilmente podremos enfrentarnos, huir, o resolverlo de alguna manera. Esto implica que la reacción al peligro se mantengan en el tiempo, lo que tiene consecuencias para el sistema nervioso: cansancio, problemas para dormir, cambios de peso, irritabilidad, entre otros.
Ataque de pánico (crisis de angustia)
Se diferencia de otras formas de ansiedad en que su aparición es aislada, se da bruscamente y alcanza su máxima expresión con rapidez (10 mins).
Muchos de los síntomas son consecuencia de los efectos de hiperventilación: insuficiencia respiratoria, palpitaciones, ahogos o mareos.
Y también suelen aparecer dentro de cuadros de ansiedad. La ansiedad produce hiperventilación, lo que provoca síntomas físicos que pueden resultar desagradables, lo que a su vez genera temor a padecer una enfermedad física, una enfermedad mental grave o sensación de perder el control. Por este motivo es que en muchas ocasiones puede confundirse la ansiedad con los ataques de pánico.
¿Cómo puedo tratar estos episodios de ansiedad y que no se manifiesten sus síntomas?
En ocasiones podemos identificar claramente cuál es la causa de nuestra ansiedad. En este caso, si los síntomas de la ansiedad son muy incapacitantes, trabajaremos directamente sobre ellos, para así luego, poder tratar la base de lo que nos lo está causando.
Es importante identificar cuáles son las áreas de la vida en las que hay un sentimiento de estar sobrepasado y la postura que se toma ante ellas. Podemos así ver de qué otras herramientas disponemos para afrontarlo de una manera con la que sentirse mejor con uno mismo, reduciéndose así los síntomas de la ansiedad.
En esas otras situaciones en las que cuesta identificar cuál es la causa por la que se manifiestan los síntomas de la ansiedad, el trabajo consiste en hacer una revisión más profunda de qué hay en la historia personal que puede ser causa de lo que te está sucediendo actualmente.
Los psicólogos de Atalanta te animamos a que mejores tu situación acudiendo a terapia en nuestro centro de Madrid
Desde Atalanta Psicología, te acompañamos a identificar cómo te enfrentas a las situaciones diarias que te producen malestar y qué capacidades tienes para poder afrontarlas. De esta forma, esos síntomas que están asociados a la ansiedad, dejarán de tener la función de “avisos” y tu cuerpo no necesitará estar constantemente en alerta.
Así, «el león» ante el que antaño nos creíamos indefensos, toma una forma que actualmente reconocemos, y que podemos solucionar entendiéndolo, encontrando soluciones y haciendo uso de todo nuestro potencial.
Te acompañamos en tu proceso de afrontamiento, dejando atrás todos esos sensaciones que te paralizan.