En ocasiones hay complicaciones en el organismo que dificultan mantener relaciones sexuales. Pueden provocar problemas en la excitación, erección, lubricación, el orgasmo o generar dolor. Por ello, es importante realizar una revisión médica. De esta manera se puede confirmar o descartar si hay un motivo fisiológico.

Sin embargo, en otras ocasiones estos problemas tienen su base en lo emocional y psicológico. Si son tratados mediante terapia psicológica estos dejan de darse, volviendo la persona a disfrutar de una sexualidad sana y satisfactoria.

Algunas de las problemáticas que habitualmente tratan los psicólogos son: disfunciones sexuales, problemas con la orientación o la identidad sexual, infecciones de transmisión sexual, problemas de infertilidad, experiencias sexuales traumáticas, reducción de la asiduidad sexual de la pareja, aprendizajes o prejuicios sobre la sexualidad, adicción al sexo, entre otras.

• Superar tus problemas de erección o lubricación, que tienen que ver con lo emocional y psicológico, dejando atrás la frustración o el dolor en el acto sexual.
• Explorar cuáles son tus prejuicios e ideas sobre el sexo y trabajarlos para tener una sexualidad plena y placentera.
• Sanar tus experiencias traumáticas, viendo en qué te pueden estar bloqueando y volver a disfrutar de los encuentros sexuales.
• Desmitificar las creencias sobre las enfermedades de trasmisión sexual y que dejen de influir en tus relaciones sexuales y emocionales.
• Identificar el foco de tu ansiedad y que esta no afecte a tus prácticas sexuales.
• Sentirte bien con tu orientación y poder tener relaciones sexo-afectivas sanas.
• Reafirmarte en tu identidad sexual y de género pudiendo relacionarte sexo afectivamente desde ahí.