Vamos a tratar el diagnóstico del síndrome de Asperger desde distintos ángulos. Veremos cómo para diagnosticarlo hay que tener en cuenta tanto los trastornos asociados como con los que puede ser confundido. Y más importante aún, mostraremos la utilidad del proceso de evaluación del síndrome de Asperger para la persona diagnosticada, tanto si el resultado es un diagnóstico positivo como si es negativo.
Dificultades de las personas con síndrome de Asperger
Una persona con diagnóstico de síndrome de Asperger tiene dificultades en las siguientes áreas:
- Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos.
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
Sin embargo, no presentan dificultades en estas otras áreas:
- Cociente intelectual dentro de la media, y en ocasiones, superior a la media.
- Adquisición y utilización del lenguaje dentro de la normalidad.
En ocasiones pueden aparecer algunos de estos síntomas en el desarrollo de la persona, pero no manifestar todo el cuadro diagnóstico. Estos síntomas se deberían a otras causas y no al síndrome de Asperger. De esta forma, todos en cualquier momento de nuestra vida podemos tener un comportamiento parecido al de una persona con este diagnóstico.
También se tiene en cuenta si esas dificultades interfieren la realización de las actividades de la vida cotidiana.
Aunque los criterios de evaluación son muy importantes para la detección, es importante señalar que no todos los síntomas se manifiestan de igual manera e intensidad en todas las personas. Por eso, no habrá dos personas con diagnóstico de síndrome de Asperger iguales.
Cómo es diagnosticado el síndrome de Asperger
Quién diagnostica el síndrome de Asperger y cómo es el proceso, paso a paso. Te lo contamos todo en los siguientes apartados.
Quién diagnostica el síndrome de Asperger
El síndrome de Asperger puede ser diagnosticado por dos tipos de profesionales:
- Psicólogos/as.
- Psiquiatras.
Estos profesionales que diagnostican síndrome de Asperger pueden encontrarse en entidades tanto privadas como públicas.
Diagnóstico de síndrome de Asperger en el ámbito privado:
- Psicólogos sanitarios –como los miembros que componen Atalanta Psicología– y clínicos.
- Psiquiatras.
Es recomendable que el profesional elegido para llevar a cabo el diagnóstico tenga formación específica y experiencia, tanto en la evaluación como en la intervención terapéutica con personas con síndrome de Asperger.
Atalanta psicología cuenta con psicólogos especializados en diagnóstico de síndrome de de Asperger. Uno de ellos te podrá ayudar.
Diagnóstico de síndrome de Asperger en el ámbito público:
- Sanidad: el médico con potestad para realizarlo es el psiquiatra.
- Educación (infantil, primaria y secundaria): los psicólogos del Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP), o del Equipo Específico de Alteraciones Graves del Desarrollo. Para que la evaluación tenga validez y se puedan hacer las adaptaciones educativas oportunas en el centro escolar público o concertado tienen que llevarlo a cabo estas entidades.
- Servicios Sociales: el equipo de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales del Centro Base de Valoración y Orientación a personas con discapacidad, son quienes se encarga de la realización de la evaluación para determinar si existe una discapacidad.
Por lo general, la lista de espera para la realización del diagnóstico es mayor en el ámbito público que en centros de psicología privados.
Cómo es el proceso de evaluación de síndrome de Asperger en Atalanta Psicología
El diagnóstico de síndrome de Asperger es largo. Esto es debido a que se profundiza en muchos aspectos de la vida de la persona. Además, se indaga en cada uno de los síntomas para saber de dónde vienen con certeza. A esto se suma la posibilidad de tener entrevistas con profesionales que han tratado directamente con la persona. También la de realizar observaciones directas en su entorno. Todo esto es lo que hace que el proceso dure tanto.
Muchas de las personas y familiares que solicitan nuestros servicios de valoración de síndrome de Asperger han pasado por distintos terapeutas y diagnósticos. Esto puede hacer que estén cansados de repetir su historial y contar sus dificultades una y otra vez.
En Atalanta Psicología evitamos que la persona pase por un proceso de diagnóstico que puede resultarle largo y difícil. Por ello, planteamos el proceso de evaluación en dos fases: screening (prediagnóstico) y diagnóstico.
Las 2 fases del proceso de evaluación: screening (prediagnóstico) y diagnóstico de síndrome de Asperger
En la primera fase de screening puede darse un descarte rápido, es decir, determinar que lo que le sucede no es debido al síndrome de Asperger. En cambio, si la conclusión del screening es que existe la posibilidad de un diagnóstico de síndrome de Asperger, entonces pasamos a la segunda fase de diagnóstico. Ambas fases las explicamos a continuación.
1ª fase: screening (prediagnóstico)
El proceso de evaluación comienza con una primera fase llamada screening. Podemos entenderlo como una fase previa al diagnóstico o prediagnóstico. El screening normalmente se hace en una sola sesión, a diferencia del diagnóstico que es una fase más larga y compleja.
No todos los centros de psicología emplean el screening. En Atalanta sí lo hacemos, por no hacer pasar a nuestros pacientes por pruebas innecesarias.
El screening consiste en una entrevista, basada en el cuestionario SCQ (cuestionario de comunicación social). Esta entrevista se hará con la persona a la que se va a realizar el diagnóstico y, si hay posibilidad, con sus familiares cercanos o personas más allegadas.
La entrevista tiene una duración de 3 horas y media aproximadamente. Tras ella, y en ese mismo momento, se informará a la persona si las dificultades descritas pueden deberse o no al síndrome de Asperger.
Si el síndrome de Asperger ha sido descartado, entonces, el proceso finalizará, no teniendo que pasar por más entrevistas. En caso contrario, el proceso continuará a la 2ª fase, que explicamos en el siguiente apartado.
Aunque el resultado del screening sea negativo para el síndrome de Asperger, el psicólogo puede dar orientaciones generales para otro tipo de dificultades que haya detectado.
Además de nuestros psicólogos especialistas en diagnóstico y terapia de síndrome de Asperger, contamos con terapeutas especializados en otras áreas que te podrán atender
2ª fase: entrevistas, estudios de campo (observaciones directas), pruebas diagnósticas específicas y entrega de informe diagnóstico
En el caso de que las dificultades observadas durante el screening encajen en el cuadro diagnóstico de síndrome de Asperger, se recomendará pasar a esta segunda y última fase, que consta de:
- Entrevistas.
- Estudios de campo.
- Pruebas diagnósticas específicas.
- Elaboración de informe diagnóstico y entrega con orientaciones sobre el tipo de terapia adecuada.
Entrevistas
Estas entrevistas se harán tanto a la persona como a su familiares o personas allegadas. La duración se ajusta a las características de cada persona.
La entrevista con las familiares o allegados se realiza mediante el cuestionario ADI-R (entrevista para el diagnóstico del autismo).
La entrevista, observación y pruebas a la persona se realiza mediante el cuestionario ADOS (escala de observación para el diagnóstico del autismo).
Estudios de campo
Si el diagnóstico se realiza a un niño o adolescente, y si la familia y el centro educativo dan su consentimiento, se hará una observación del menor tanto en el aula como en el patio.
Estas observaciones se realizan siempre sin que el menor, y el resto de los compañeros, sepan que vamos a llevar a cabo tal observación, para que el niño o adolescente no se sienta etiquetado ni interferir en su comportamiento e interacciones cotidianas.
Además, se tiene una entrevista, tanto con su tutor como con el orientador del centro, para que puedan informar sobre lo que han observado en el niño o adolescente.
Si el diagnóstico es para un adulto, el psicólogo les preguntará si ven la necesidad de una entrevista con sus anteriores terapeutas.
Pruebas diagnósticas específicas
Las pruebas específicas son las que incluye el cuestionario ADOS (escala de observación para el diagnóstico del autismo). Son tareas y observación adaptadas a cada edad.
Además del ADOS (escala de observación para el diagnóstico del autismo), se evalúan las funciones ejecutivas, las habilidades comunicativas y sociales, las emociones, el procesamiento de la información, los intereses, las rutinas y rituales, entre otros. Para ello, en algunas ocasiones, si es necesario, se utilizan diversos test como:
- Batería de socialización (BAS)
- Test del Zoo
- Historias de Margaret Dewey
- Historias extrañas de Happé
- Test de inteligencia WISC-V para niños y adolescentes
- Test de inteligencia WAIS-IV para adultos
- Imágenes de secuencias
- Test de la mirada para niños, adolescentes y adultos
- Teoría de la mente (ToM)
- Test de metidas de pata.
Elaboración y entrega del informe diagnóstico
Una vez que se han terminado los pasos anteriores (entrevistas, observaciones de campo y las pruebas diagnósticas específicas), se realizará el informe diagnóstico.
El informe diagnóstico suele estar elaborado en el plazo de una semana.
Este informe refleja los siguientes apartados:
- Anamnesis, en la que se expone el historial de la vida de la persona y cómo ha sido su desarrollo en las distintas habilidades.
- Resultados de las escalas y test que se han administrado a la persona y la explicación de los mismos.
- Conclusiones y reflexión sobre los resultados.
- Juicio diagnóstico.
- Recomendaciones.
La reunión para la entrega del informe diagnóstico tendrá una duración de una hora aproximadamente. En ella el psicólogo dará el resultado empezando por el juicio diagnóstico, es decir, si la persona presenta un síndrome de Asperger o no. A continuación, expondrá los resultados de las pruebas específicas y tests. Seguirán las conclusiones y reflexiones que apoyan el juicio diagnóstico. Y por último, se darán las recomendaciones sobre qué servicios o tratamientos psicológicos podrían resultarle útiles, dada su problemática.
En Atalanta Psicología ofrecemos servicios de terapia especializados en el síndrome de Asperger
Cómo consideramos la historia personal, familiar y experiencial en el diagnóstico diferencial
La influencia de los acontecimientos en la vida de la persona es un aspecto esencial en la valoración del síndrome de Asperger. Esta es la visión que tienen nuestros psicólogos, en Atalanta Psicología.
Situaciones como el acoso escolar (bullying), las vivencias familiares y los acontecimientos sociales influyen en el desarrollo personal, en la manera de afrontar las dificultades y en la relación con los demás. Además, es importante tener en cuenta que la personalidad y las vivencias personales influyen en la forma en la que se manifiestan los diferentes síntomas dentro síndrome de Asperger.
Por ello, durante el evaluación, recogemos información relacionada con:
- La historia familiar.
- Las relaciones con otras personas: familia, amigos, parejas, compañeros, profesores, vecinos, etc.
- Situaciones traumáticas: divorcio, fallecimiento, maltrato, cambio de lugar de residencia, etc.
- La carrera educativa y profesional.
- El concepto que uno tiene de sí mismo.
- Los rasgos de personalidad.
Esta información la proporciona la persona evaluada. También los padres, hermanos, pareja, amigos, profesorado, orientadores, terapéutas, etc.
De esta forma tenemos una visión más completa de la persona y podemos discernir si los síntomas presentes están relacionados con su propia historia. O si, por el contrario, son debidos a un cuadro de síndrome de Asperger. Sin embargo, no descartamos que estas experiencias vitales influyan en cómo se manifiestan los síntomas dentro del síndrome de Asperger.
Nuestro equipo de psicólogos cuenta con más de 15 años de experiencia en la realización de diagnósticos diferenciales para síndrome de Asperger.
Diagnóstico de niños, niñas y adolescentes
Si algo diferencia al síndrome de Asperger de otros trastornos es que los síntomas han estado presentes desde los primeros momentos del desarrollo, y esto es esencial para el diagnóstico. Por este motivo, es importante contar con la información proporcionada por los progenitores, los profesores, los tutores legales, o por parte de cualquier otro adulto de referencia.
Edad a la que puede ser diagnosticado el síndrome de Asperger
Es importante que haya una detección precoz de las dificultades para comenzar un trabajo terapéutico con el fin de lograr el bienestar del niño y su familia.
Sin embargo, no es recomendable realizar una evaluación de síndrome de Asperger antes de los 4 años. Esto se debe a que aún no se han desarrollado algunas áreas decisivas para el diagnóstico.
Revisiones periódicas hasta la adolescencia
Cuando se da un diagnóstico de síndrome de Asperger a una edad temprana, este tiene que ser revisado de manera periódica hasta aproximadamente la adolescencia.
Las revisiones periódicas son necesarias porque alguna de las dificultades presentes al inicio pueden ir siendo resueltas de forma natural con la maduración del niño. O bien pueden aparecer otros síntomas, estos pueden ser comunes al síndrome de Asperger o tener que ver con otro tipo de diagnóstico.
Detección más precisa y a edades más tempranas
La detección del síndrome de Asperger es cada vez más precisa y tiene lugar a edades más tempranas. Esto es así gracias a que existe una mayor conciencia social sobre lo que es el síndrome de Asperger. Además del factor social, los profesionales que trabajan con niños y adolescentes cuentan con mejor formación y más específica.
Diagnóstico de adultos y adultas
Algunos adultos han recibido a lo largo de su vida múltiples diagnósticos, tratamientos farmacológicos y terapéuticos para paliar los síntomas.
Muchos de estos diagnósticos han sido erróneos, teniendo consecuencias en el desarrollo de la persona. En algunos casos no reduciendo el malestar, y en otros, generando incluso trastornos o síntomas que no estarían si estos diagnósticos no se hubiesen dado.
Cuando un adulto es atendido por primera vez por nuestros psicólogos especialistas en síndrome de Asperger es relativamente común que traiga un historial psicológico y psiquiátrico. En esos casos, los terapeutas tienen que diferenciar cuáles son los síntomas base –presentes en el desarrollo de las habilidades de la persona– de los que se deben a sus experiencias o circunstancias vitales.
Unida a esta dificultad, nos encontramos que actualmente la mayoría de test y pruebas diagnósticas están diseñadas para la detección en población infantil y masculina. Por ello, en nuestra labor diaria, adaptamos estas herramientas para la evaluación de adultos y adultas.
El diagnóstico en niñas, adolescentes y mujeres: Asperger en femenino
El diagnóstico del síndrome de Asperger en niñas, adolescentes y mujeres se ha estado dando de manera tardía. Aunque las dificultades son las mismas en ambos géneros, estas se manifiestan a través de diferentes síntomas. Es debido a las exigencias y expectativas que tiene la sociedad hacia cada uno de los géneros.
Respecto al diagnóstico en femenino, muchos psicólogos y psiquiatras especialistas en síndrome de Asperger están teniendo en cuenta estos factores para diagnosticar a niñas, adolescentes y mujeres de manera más temprana y precisa.
Ejemplos de factores sociales de género que influyen en la manifestación del síndrome de Asperger y su identificación
Mientras que los hombres tienen menos disposición y se le exige menos en ciertas áreas de las relaciones sociales, como empatía, intimidad o valorización de sus iguales; las mujeres tienen una mayor presión social y son guiadas hacia estas interacciones. Esto hace que muchas niñas, adolescentes y mujeres observen e intenten imitar el comportamiento de otras, lo que hace que se camuflen y sus dificultades pasen desapercibidas.
En los niños, adolescentes y hombres son más comunes algunas conductas disruptivas –ser impulsivos, agresivos o desafiantes–. Así que, en su ausencia y unido a otros síntomas, la percepción del entorno es que puede haber alguna problemática. En cambio, en las niñas, adolescentes y mujeres estas conductas se dan con menos frecuencia –al haber sido sido más reprendidas socialmente–. Por este motivo, mostrarse más retraídas se suele entender como algo esperado dado su género y no como un síntoma de sus dificultades para entender las relaciones sociales.
En este contexto, en ocasiones, los síntomas del síndrome de Asperger en niñas, adolescentes y mujeres son explicados como dificultades de aprendizaje, ansiedad generalizada, emociones intensas, cambios de humor, timidez o ansiedad social.
El equipo de terapeutas de Atalanta Psicología realiza valoraciones teniendo en cuenta el factor de género. Mediante entrevistas específicas dan un diagnóstico certero. Así, la niña, adolescente o mujer puede entender cómo se han manifestado sus síntomas y dar un explicación a todo eso que ha sentido a lo largo de su vida.
Trastornos asociados al síndrome de Asperger y con los que puede haber confusión
Existen trastornos que típicamente están asociados al síndrome de Asperger, consecuencia de la incomprensión del entorno social hacia este.
Por otro lado, se pueden dar dos tipos de situación:
- El síndrome de Asperger es diagnosticado pero en realidad se está dando otro trastorno.
- Es diagnosticado otro trastorno cuando en realidad se trata de un cuadro de síndrome de Asperger.
Trastornos asociados al síndrome de Asperger
En ocasiones, junto a los síntomas del síndrome de Asperger, aparecen otros como la ansiedad o la depresión. Estos pueden darse por las dificultades en la interacción y las consecuencias de las mismas.
Ejemplo de trastorno asociado al síndrome de Asperger
Así, ponemos el ejemplo del caso de un niño de 6 años al que sus padres le han dicho que irán a cenar a su restaurante favorito y no lo cumplen. El pequeño, que tiene dificultades para entender que los planes pueden cambiar, muestra enfado e insiste en ir.
Ante esto sus padres lo castigan de manera reiterada. Si esto se convierte en una forma habitual de interacción, puede generar en el niño un cuadro de ansiedad porque interpreta que hay una gran incertidumbre en su entorno que no sabe manejar.
Tener un diagnóstico de síndrome de Asperger permitirá a los padres entender a su hijo y ayudarle a afrontar la situación de forma diferente. De esta manera evitarán generar un cuadro de ansiedad en el niño.
Confusión entre síndrome de Asperger y otros trastornos
No existe evidencia científica sobre que el origen de los síntomas presentes en síndrome de Asperger sean genéticos o neurológicos. Esto puede hacer que el bagaje de las familias y las personas que buscan una respuesta sea mayor hasta dar con el nombre del conjunto de síntomas que padece.
En muchas ocasiones, las personas que llegan a nuestro centro con la demanda de una valoración de síndrome de Asperger, han sido diagnosticadas previamente de algún otro trastorno o síndrome.
Por el contrario, se da el caso de personas que solicita un diagnóstico de síndrome de Asperger y el resultado concluye que sus síntomas son debidos a otro trastorno.
Trastornos que comparten síntomas con el síndrome de Asperger y que, en ocasiones, inducen a confusión, a continuación.
Cuando el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es confundido con el síndrome de Asperger
En el síndrome de Asperger, la persona tiene una tendencia a realizar comportamientos repetitivos que en ocasiones pueden recordar a las compulsiones propias de una persona con trastorno obsesivo-compulsivo.
La diferencia radica en que en las personas con trastorno obsesivo-compulsivo, los “pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan, [...] en la mayoría de los sujetos causan ansiedad o malestar importante”. En cambio, en el síndrome de Asperger, la repetición de comportamientos o pensamientos, en muchos casos, conlleva placer y disfrute.
Esto tiene su explicación en que algunas personas con síndrome de Asperger, no tiene una percepción ajustada de sí mismo en relación a los demás. Por lo cual, al no haber una comparativa de sus actos con los de los demás, las acciones repetitivas no generan ansiedad al no ser percibidas como negativas.
Cuando el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es confundido con el síndrome de Asperger
Suele haber un solapamiento de síntomas entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y el síndrome de Asperger. Esto es más marcado en los casos de niños pequeños y de género masculino.
Dificultades en la relación con los demás y falta de atención
Es habitual que las personas con diagnóstico de TDAH encuentren dificultad en el momento de relacionarse con los demás. Debido a un problema de base que tiene que ver con la falta de atención, las interacciones sociales se ven afectadas. La persona “con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente” o “ tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas”. Así, iniciar o mantener una interacción social puede ser complicado.
En las personas con síndrome de Asperger, la dificultad a la hora de relacionarse, suele deberse a un déficit en la comunicación no verbal, recíproca y social, así como una dificultad para prever la reacción de los demás y entender sus pensamientos y emociones.
Acciones repetitivas, incumplimiento de normas e hiperactividad
En cuanto a la hiperactividad, la persona con TDAH frecuentemente “juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento”, “se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado”, “corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado” o “está ocupado, actuando como si lo impulsara un motor”.
En las personas con síndrome de Asperger, suelen estar presentes las estereotipias motoras que pueden recordar a estos síntomas de hiperactividad. Las estereotipias motoras se describen como un “comportamiento motor repetitivo, aparentemente guiado y sin objetivo (p. ej., sacudir o agitar las manos, mecer el cuerpo, golpearse la cabeza, morderse, golpearse el propio cuerpo)”. La diferencia está, entonces, en que en la hiperactividad los movimientos repetitivo tienen un objetivo más o menos claro y en el síndrome de Asperger no.
Además, en las personas con síndrome de Asperger suele haber una dificultad a la hora de conocer las normas implícitas (normas generales que se dan por entendidas y aplicables a cualquier contexto). De esta forma, puede que la persona no siga la norma porque no la sabe o porque no entiende que es aplicable a la situación. En el caso de la hiperactividad, puede haber un conocimiento previo de la norma y, aun así, un impulso que le lleve a saltársela.
Cuando el trastorno del lenguaje es confundido con el síndrome de Asperger
El trastorno del lenguaje suele confundirse con el síndrome de Asperger sobre todo en los primeros momentos del desarrollo, cuando el lenguaje aún no está consolidado.
En el trastorno del lenguaje la persona tiene “dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje en todas sus modalidades (es decir, hablado, escrito, lenguaje de signos u otro) debido a deficiencias de la comprensión o la producción”. Esto puede tener consecuencias en sus relaciones sociales, en el área académica y laboral.
En el síndrome de Asperger, la persona tiene dificultades en el uso social del lenguaje, pero no en el uso formal. Esto significa que no tiene dificultades en la comprensión y producción del lenguaje literal. El problema radica en la interpretación de las intenciones de los demás a nivel gestual, verbal, de tono y de contexto.
Además, independientemente de que el uso o la comprensión del lenguaje esté más o menos afectada, las dificultades en sus relaciones sociales están presentes.
Cuando el trastorno de la comunicación social (pragmático) es confundido con el síndrome de Asperger
En el trastorno de la comunicación social, las dificultades de base sólo están en el “uso social de la comunicación verbal y no verbal”. Esto deriva en una limitación en las relaciones sociales y en el desempeño académico y laboral.
En el síndrome de Asperger, una de las áreas afectadas es la comunicación en su nivel social, al igual que en el trastorno de la comunicación social. Pero además, en el síndrome de Asperger, las personas presentan otros síntomas que hacen referencia a las dificultades en las relaciones sociales y a un patrón rígido de pensamientos y comportamientos.
Cuando el trastorno de la personalidad límite es confundido con el síndrome de Asperger
En el trastorno límite de la personalidad existe una desconfianza generalizada de las intenciones del otro. Sólo se establecen excepciones con las figuras más cercanas que han cubierto las expectativas personales. No hay dificultades en el entendimiento de las relaciones sociales y de la comunicación.
Sin embargo, en el síndrome de Asperger las dificultades relacionales se producen por problemas en la comunicación y en la comprensión de las interacciones. En ocasiones, las malas experiencias con el otro pueden afectar a sus relaciones futuras.
Los síntomas en el trastorno límite de la personalidad se inician en las primeras etapas de la edad adulta. Mientras que en el síndrome de Asperger, los síntomas se empiezan a manifestar en los primeros momentos del desarrollo de la persona.
Cuando el trastorno esquizoide de la personalidad es confundido con el síndrome de Asperger
El trastorno esquizoide de la personalidad y el síndrome de Asperger presentan síntomas similares como: poca variedad de expresión de emociones, en ocasiones no desear ni disfrutar las relaciones sociales, elegir actividades solitarias, no tener amigos o manifestar una afectividad plana.
En el trastorno esquizoide de la personalidad, los síntomas se basan en las dificultades de apego y la afectividad. Además, no se encuentran comportamientos o conductas repetitivas o dificultades en la comprensión y seguimiento de normas, estereotipias y manierismos, que sí están presentes en el síndrome de Asperger.
En el caso del síndrome de Asperger, las dificultades en las relaciones sociales pueden deberse a no tener una comprensión ajustada de las mismas y, como consecuencia, una respuesta de defensa a las malas experiencias en sus interacciones.
El trastorno esquizoide de la personalidad comienza a manifestarse al final de la adolescencia y principios de la adultez mientras que el síndrome de Asperger se inicia en las primeras etapas de la vida, cuando las características de la personalidad comienzan a formarse.
Cuando la esquizofrenia es confundida con el síndrome de Asperger
En la esquizofrenia, la persona experimenta delirios y/o alucinaciones, tiene un discurso y un comportamiento desorganizado y una expresión emotiva disminuida. Por toda esta sintomatología se ven afectadas sus relaciones interpersonales, académicas y laborales. Estas dificultades en la interacción son compartidas con el síndrome de Asperger y no el resto de síntomas.
Es recomendable realizar un seguimiento y revisión del diagnóstico de síndrome de Asperger. Si en un momento determinado de la vida de la persona aparecen delirios o alucinaciones, los demás síntomas que afectan a las relaciones sociales y que se atañían al síndrome de Asperger, ahora se explican mejor por un diagnóstico de esquizofrenia, obteniendo la persona este diagnóstico.
Para qué le sirve a la persona un diagnóstico de síndrome de Asperger
Llegar a recibir un diagnóstico de síndrome de Asperger puede suponer para la persona un antes y un después. He aquí algunos de los posibles beneficios:
- Tranquilidad de saber lo que sucede.
- Acceso a un proceso de terapia especializado.
- Adaptaciones educativas necesarias en ciclos de enseñanza no obligatoria (bachillerato, prueba de acceso a la Universidad, Universidad, ciclos de grado medio o grado superior).
- Posibilidad de conseguir las adaptaciones educativas necesarias en el centro escolar de enseñanza obligatoria.*
- Beneficios económicos, de servicios, descuentos, plazas laborales para personas con discapacidad, viviendas sociales.**
- Resolución de situaciones de bloqueo: tomar decisiones.
- Autoconocimiento.
- Sentimiento de pertenencia e identidad para la reivindicación de una diversidad funcional.
Acabas de ver los beneficios que te puede reportar un proceso de diagnóstico de síndrome de Asperger. Qué mejor momento que aquí y ahora para dar el paso.
Para que nos sirve a los psicólogos de Atalanta un diagnóstico de síndrome de Asperger
Puede que tú y tus familiares hayáis recorrido un largo camino en el cual habréis recibido muchos diagnósticos y distintas intervenciones terapéuticas y farmacológicas. En ocasiones no habéis obtenido los resultados esperados para obtener el bienestar emocional que buscabais. Esto ha podido suponer un desgaste para vosotros.
En ocasiones ha podido ser un profesor, un conocido o algún profesional de la sanidad el que os haya informado de que las dificultades experimentadas podrían parecerse a las del síndrome de Asperger.
Una vez habéis leído sobre el síndrome de Asperger, os podéis ver reflejados en algunas de las características que están presentes en él, pero igual os surgen dudas ya que no os sentís identificados con todos los síntomas. Hay 2 explicaciones posibles para ello:
- Que efectivamente las dificultades se deben a otros factores ajenos al síndrome de Asperger.
- O porque muchos de los síntomas del síndrome de Asperger han ido transformándose o se han camuflado mediante el aprendizaje a lo largo de la vida
El diagnóstico de síndrome de Asperger como un medio y no como un fin
En cualquiera de los casos, en Atalanta Psicología tratamos el proceso de diagnóstico de síndrome de Asperger como un medio y no como un fin. Es decir, indagamos sobre los síntomas y cuál es tu malestar, qué es lo que realmente quieres y qué apoyos necesitas para sentirte mejor.
Puede que el tener un nombre diagnóstico, una etiqueta, te de una tranquilidad y un sentido a todo el recorrido por el cual has pasado, además de poder sentir una identidad y entender por qué eres como eres. En ocasiones esto supondrá un alivio para ti y tus familiares. En cambio, en otras, puede no ser bien asimilado, debido a los prejuicios que hay sobre el síndrome de Asperger por pertenecer al Trastorno del Espectro Autista.
Por ello, nuestro objetivo es explicarte y desmitificar muchas de las creencias que puedas tener sobre él, además de centrarnos en cuáles son tus dificultades particulares y acompañarte en tu proceso de terapia para que alcances el bienestar que buscas. Estamos aquí para ayudarte, anímate y da el paso. Contacta con uno de nuestros psicólogos especialistas.